Ana García-Bragado Acín, presidenta de la Fundación presentó el pasado día 21 de mayo, en Zaragoza, la Fundación Ramón y Katia Acín. Al acto que se desarrolló en la Biblioteca de Aragón, acudieron numerosos amigos de Sol y de la Fundación.
      Antes de que Emilio Casanova, diera noticia en el mismo acto de la pestaña de la Web dedicada a la poesía de “Sol Acín”, el escritor Antón Castro presentó la segunda edición de la obra de Sol –promovida por FRKA- “Su obra -dijo Antón Castro- se inscribe dentro de la tradición más pura de la poesía de posguerra”. “En ese Cielo oscuro”… “es un libro especial: intenso y escurridizo en busca de la luz”…
      La primera edición del libro de Sol tuvo lugar en 1979, y corrió a cargo de la Editorial “Ámbito Literario” de Barcelona dirigida por Víctor Pozanco.
      La poesía de Sol, apasionada lectora de Luís Cernuda, Ezra Pound u Octavio Paz, no fue ajena a Rainer M. Rilke, y sobre todo al poeta norteamericano Walt Whitman, a quien dedicó un poema lleno de fascinación en la revista barcelonesa La Calandria en 1952. Sol, conoció la poesía de Whitman de la mano de su compañera Emilia Moliner, colegiala como ella de la Residencia de Señoritas de Fortuny de Madrid, y que con el tiempo fue reconocida especialista de literatura norteamericana.
      “En ese cielo oscuro” es un libro esculpido con la maestría de quienes elaboran sus libros verso a verso.
      La escritora catalana Ana Moix de quien Emilio Casanova leyó en el acto unas líneas alusivas al libro de Sol, decía de la poesía española de ese periodo: 
      “Entre la estética –por darle algún nombre- de los sucesores de la poesía del grupo de El Escorial, glorificada por el régimen franquista, y las proclamas de la poesía social de la izquierda marxista, la poesía que sólo rendía obediencia a la poesía misma, quedó malamente marginada. El rescate tardío de la obra de poetas como Antonio Gamoneda, Pino o Pérez Estrada no es suficiente para lavar la mala conciencia de los gestores de la literatura”.
    Queda por escrutar en la obra de Sol, el legado epistolar de su amiga de juventud María Kusche. En total, poco más de un centenar de poemas que recientemente cedió la historiadora de arte y amiga de juventud de la poeta, a nuestra Fundación.

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