No parece esta imagen la más apropiada para promocionar un consultorio quirúrgico. A no ser que el doctor tenga muy buen sentido del humor y, además, sea amigo de Ramón Acín. Y a juzgar por lo que vamos a contar, tampoco este anuncio nada tranquilizador debió espantar a los vecinos de Huesca, como tampoco ocurrió con los de Córdoba, adonde muy pocos años después de este anuncio de 1912, aterrizó el doctor Romera, quien fue muy querido en ambas ciudades sobre todo por los más necesitados. De ahí el título de esta entrada que copia –con perdón y admiración- el título de un libro aparecido en 2019 de la mano de un descendiente de Martín Romera, Pascual Martín Blanco. De todo esto hablamos a continuación.