La Fundación Ramón y Katia Acin ha enriquecido su legado artístico con más de doscientos documentos literarios que dan soporte a los poemas de Sol Acin que pronto formarán parte de los contenidos de la web.

 

El hallazgo constituye el resultado de una larga e intensa relación epistolar entre Maria Kusche -una historiadora del arte alemana pero nacida en Málaga y residente hoy en esa misma ciudad-, y la poeta aragonesa Sol Acín (En ese cielo oscuro. Ámbito literario, Barcelona, 1979), mantenida básicamente entre los años de 1950 y 1955.

 

Ambas se conocieron en Madrid el año 1950 como residentes en la “Residencia de Señoritas de Fortuny” que, fundada por María de Maeztu, estuvo inicialmente orientada en el ideario de la Institución Libre de Enseñanza. Pero ese mismo año y por razones de salud, ambas compañeras debieron separarse y fue a partir de esa separación cuando tomó cuerpo la relación epistolar. 

 

En la correspondencia a la que ha tenido acceso la Fundación predominan los contenidos preferentemente literarios como el simple soporte o la preceptiva poética, sin desdeñar la crítica del arte, la opinión política o la simple confidencia. Contenidos que dada la encrucijada histórica que vive la sociedad española y la peripecia personal por las que transcurren las vidas de ambas protagonistas, pueden contribuir a iluminar en cierta medida el ambiente en el que se desarrollaban los jóvenes universitarios de posguerra, o ayudar a reconstruir, en el caso de Sol, el suplicio que supuso haber sobrevivido a la ejecución de sus padres.  

 

A partir de 1952, que es cuando Sol concluye sus estudios en la Universidad de Madrid, la relación epistolar adquiere otro ritmo y se encamina en otras direcciones, los mensajes seguirán los pasos de María Kusche (más joven que Sol) que se ha dirigido a la Universidad de Marburgo primero, y más tarde a las de Friburgo y Bonn, donde leerá finalmente su tesis doctoral sobre el retratista español Juan Pantoja de la Cruz, un discípulo de Sánchez Coello.

 

El hallazgo ha sido posible merced a la lealtad y al tesón de María Kusche quien, tras haber residido largos periodos fuera de España -formándose primero en Alemania, y realizando otros cometidos en otros países-, llegó a perder la pista vital de Sol. Por fortuna a finales de 2008 tomó contacto con la Web de la Fundación Acin y finalmente con el Patronato, que es quien ha podido recoger de manos de María, este valioso legado literario.

 

Toda la gratitud de la Fundación Acín para María Kusche.

 

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